He pasado el fin de semana en Asturias y además de visitar a mi familia y comer maravillosamente, como siempre, he tenido la gran alegría de asistir a un partido de fútbol infantil entre El Berrón, donde juega mi sobrino Rubén, y La Braña. Además de la deportividad y la alegría que ponen los chavales, tuve la sorpresa de ver que los dos equipos eran mixtos. En El Berrón juega Sara como extremo y en La Braña, Ana como portera. Están plenamente integradas en sus equipos y, por lo que se puede ver, las tratan como a uno más. Me ha parecido un precioso ejemplo de integración y naturalidad y un poco de luz en este mundo tan lleno de malas noticias que tienen que ver con la discriminación de las mujeres. Estos chavales y chavalas están dando una lección de convivencia y respeto y ojalá que esto sea un síntoma de que las nuevas generaciones crecen en igualdad y compañerismo. Felicidades a los dos equipos y a sus entrenadores.
Son unas cracks, jugaron como cualquiera de sus compañeros, dando todo lo mejor de ellas en el campo. Enhoranuena chicas.
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